martes, 18 de septiembre de 2007

Cabildo por la unidad de BOLIVIA

¿Quién promueve el cambio de la sede de gobierno?

“Por justicia nos corresponde. La guerra no da derechos. Porque si fuera así, los bolivianos no tendríamos derecho para exigir a los chilenos que nos devuelvan el mar” reprendía una patriota diputada chuquisaqueña de PODEMOS a sus colegas paceños. ¿Ud. cree que el debate es sobre la demanda histórica de nuestra salida al mar? No. Las élites chuquisaqueñas, envalentonadas con el apoyo firmado de las prefecturas de la media luna, con sus respectivos comités cívicos, reclaman a sus similares paceños la devolución de la sede de gobierno, que actualmente se encuentra en la ciudad de La Paz. ¿Recuerda Ud. cómo Bolivia tiene una ciudad (Sucre) como su capital y otra (La Paz) como sede de su gobierno central?

Cuando en 1825 se “fundó” la República de Bolivia sobre la jurisdicción territorial de la Audiencia de Charcas, el poder económico, político, social y cultural quedó en manos de la élite chuquisaqueña. Se les llamaba la élite de la plata, porque eran los dueños de los yacimientos de plata más importantes del país.

En el Siglo XIX, surgió en el país la élite estañífera concentrada en la pujante ciudad de La Paz. Entonces La Paz ya era la ciudad más importante del país, y frecuentemente sede de los gobiernos nacionales (Comenzando por Andrés de Santa Cruz). Con el buen precio del estaño en el mercado mundial, la élite estañífera (paceña - liberal) comenzó a amenazar a la élite de la plata (sucrense - conservadora) en la administración política y económica del país.

Este pleito de élites se convirtió en 1899 en la triste historia de la Guerra Federal boliviana. La “causa” de esta guerra fratricida entre bolivianos fue que el 31 de octubre de 1898 el Congreso Nacional reunido en Sucre sancionó la Ley de Radicatoria que exigía al Presidente su permanencia permanente en la capital de la República. Esto para contrarrestar las aspiraciones de la élite paceña. Y estos últimos, no contentos con dicha decisión, y con el argumento de luchar contra el pernicioso centralismo sucrense, conformaron en la ciudad de La Paz la junta federal presidida por el liberal José Manuel Pando. La consigna fue: “Federalicemos Bolivia”. Para tal objetivo Pando se alió con Pablo Zárate Willka, líder de los aymaras, con la oferta de liberar a los indígenas del pongueaje (servidumbre) y de las cargas impositivas.

Dos batallas después (primer y segundo crucero), y con miles de muertos de por medio, los liberales se impusieron sobre los conservadores en la Guerra Federal. Luego, los vencedores se hicieron de la presidencia de la República, presidida por José Manuel Pando, se llevaron de facto la sede de gobierno nacional a la ciudad de La Paz, archivaron la demanda del federalismo y mataron a Willka y a sus seguidores. Desde entonces, la sede de los órganos Legislativo y Ejecutivo se encuentra en la ciudad de La paz y el Órgano Judicial se mantiene en Sucre.

A casi un siglo de la Guerra Federal, emergió en el país otra élite concentrada en la ciudad de Santa Cruz. La élite agropecuaria e hidrocarburífera denominada como el “Comando Camba”. Opera mediante los partidos políticos tradicionales, las prefecturas y sus comités cívicos. Esta élite cree que ahora, le toca definir la suerte del país, bajo el slogan: “El sol sale del Oriente del país”. Por eso está, no sólo apoyando, sino promoviendo el ajuste de cuentas entre paceños y sucrenses. Quiere llevarse la sede del corazón político del país hacia un territorio de su influencia como es Sucre. Los “cambas” saben que ahora sería impertinente plantear que la ciudad de Santa Cruz sea la sede del gobierno nacional, porque entonces develaría los intereses “ocultos” de la demanda de las autonomías departamentales. He allí la razón del por qué Sucre y no Santa Cruz.

El problema no es que las oligarquías se confronten entre ellas, sino que desangren al país y que seamos siempre nosotros quienes pongamos nuestros muertos y heridos. Después de todo, la lucha de intereses de las oligarquías no la podemos evitar. ¿Cuál fue uno de los trasfondos de las últimas confrontaciones luctuosas en Cochabamba? ¿Acaso no fue un intento de anexión del Departamento de Cochabamba por el “Comando Camba”?. Pero el Capitán (Manfred Reyes) de los “demócratas” y “unionistas” salió trasquilado. Se acordará Ud.: Una vez que esta nueva oligarquía logre su objetivo político e ideológico, se olvidará de las autonomías, del desarrollo regional y de la unidad del país.

Por ello, hoy más que nunca, debemos revisar nuestra historia y difundir información para que no seamos “tontos útiles” en este falso debate nacional de las oligarquías.

Si creemos que es necesario debatir el asunto de la sede del gobierno nacional, lo tendrá que hacer la Asamblea Constituyente. Si se nos convoca para que lo definamos con nuestro voto, lo haremos, pero en su debido momento y con una información previa adecuada.

Capitalidad: Un triunfo, para quién?

Si el tema de la capitalidad estaría sirviendo para generar profundos cambios en el departamento de Chuquisaca y el propio país en el propósito de la unidad y fortalecimiento de la democracia, bienvenida sea la hora de esta demanda histórica.

Nadie negará que esta lucha por la Capitalidad mas allá de su legitimidad y deuda histórica tiene que ser respaldada no solo por los chuquisaqueños, sino también por los que desentrañaron ese proceso para que ésta finalmente se haga realidad y se incorpore en la nueva CPE. Sin embargo y en esto hay que ser contundente en afirmar que el tema de la capitalidad plena ha sido introducido al debate de la AC, como dijo el Vicepresidente de la Asamblea Constituyente, Roberto Aguilar manera mañosa, ilegal y política.

Pero todo este argumento que forma parte del legado histórico ha estado bien aprovechado por los que ya hace mas de diez años no tienen vigencia en el escenario político de la capital del país, ese es el caso del MBL, el MIR, ADN y el propio MNR. Detrás de estos partidos están pues esos "líderes" de este movimiento que quieren prorrogarse agitando las banderas de la capitalidad de la mano de un grupo de oligarcas del Comité Cívico Pro Santa Cruz y algunos prefectos de la mal llamada "media luna".

Lo mismo ocurre con el ex alcalde Germán "Chunka" Gutiérrez, dos gestiones alcalde del municipio de Sucre, posteriormente se vinculó al MNR, luego a Unidad Nacional y podemos seguir contando su historial político? Pero, ¿Qué hizo éste como los demás dirigentes por Sucre y su desarrollo?

Entonces la deducción lógica es que estos falsos "líderes políticos", no quieren pasar a la historia política del departamento como los principales autores del fracaso de Chuquisaca, de su subdesarrollo y de su inviabilidad económica.

Estos mismos agitaron a los medios de comunicación en el epicentro de la Asamblea Constituyente, de ahí que nos extraña que se hayan dado situaciones que mellan la dignidad del pueblo Chuquisaqueño. El monopolio mediático durante este tiempo, tenía un parecido a las épocas de la dictadura donde, cualquiera que hablara un lenguaje diferente a esos medios, era censurado brutalmente. Lamentablemente el derecho a la libre expresión y aún más a la libre información fue vulnerada.

Es tiempo que la conciencia ciudadana de los chuquisaqueños despierte y sea ésta la ocasión para que, quienes conocen del pasado y presente de esos falsos dirigentes, se haga visible sus afanes oportunistas y de protagonismo. Hacemos este llamado a los patriotas de la capital y a los comprometidos con el verdadero desarrollo de un pueblo que día a día lucha esperanzado por hacer realidad su historia bicentenaria.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

La division de Bolivia

La democracia de Bolivia

¡La democracia corre peligro! ¡Asistimos a un régimen totalitario! ¡Defendamos a la democracia! Estas y muchas otras muletillas son repetidas mecánicamente por los "señores" feudales de la politiquería tradicional en Bolivia. ¿Creerán que los bolivianos seguimos siendo los tontos de ayer? ¡Quizás Atenea (diosa de la inteligencia), como castigo, les paralizó la mente y les esterilizó la creatividad discursiva! Después de todo, el daño que le hicieron a Bolivia no tiene misericordia divina.

Nos dicen que no hay democracia, cuando la democracia participativa boliviana goza de una buena salud. Nos dicen que el totalitarismo galopa, cuando el totalitarismo de las minorías neoliberales fue derrotado en las urnas. Nos dicen que defendamos su democracia representativa corrupta, cuando lo que debemos promover es nuestra democracia participativa incluyente.

En honor a la verdad: lo que sí está en peligro es la democracia que coronó a Bolivia como campeona mundial en la corrupción, que convirtió a la política en el arte del robo y del saqueo de los recursos naturales. Esta democracia está herida de muerte y se encuentra en terapia intensiva. Por ello lloran sus promotores y beneficiarios, porque comienzan a perder sus privilegios y ya no pueden seguir disimulando el aroma a sangre humana que irradian sus patrimonios malhabidos.

Para ellos democracia es cuando están en el gobierno. Ahora cuando ya no cuentan con ministros de Estado como sus pongos financieros, y hospitales estatales para sus empresas, entonces, su democracia corre peligro. Cuando los terratenientes son expulsados de los ministerios de agricultura y desarrollo, y cuando su banquete democrático se les acaba, entonces, corrompen hasta a los ángeles para corear mecánicamente: ¡Democracia sí! ¡Dictadura no!

Braco, Manfred y Oscar están nerviosos

Branco Marinkovic está nervioso porque el rigor de la Ley le pisa los talones. ¿Cómo podrá demostrar la legalidad de las 27 mil hectáreas de tierras robadas a los guarayos y al Estado? Él sabe que sus peones de los comités cívicos de la media luna, incluidos los trabajadores de la Prefectura de Cochabamba, la Alcaldía y la Universidad San Francisco Xavier de Sucre, no son blindaje suficiente para protegerlo de la Ley. Por eso decidió convertir de facto a los comités cívicos en el partido político contra revolucionario en Bolivia.

Manfred Reyes Villa está muy nervioso porque es inevitable la Ley de Anticorrupción Marcelo Quiroga. ¿Cómo podrá el capitán demostrar ante dicha Ley la "legalidad" de su multimillonario patrimonio económico que huele a sangre, sudor y lágrimas de los cochabambinos? Si García Meza y Gonzalo Sánchez tuvieran la oportunidad de derrocar a Evo Morales, Manfred, volvería a aliarse con sus ex socios. Pero, por ahora, sólo le queda clamar desesperadamente la renuncia del Presidente Evo Morales. Dicen que para los corruptos e inmorales, la lucha anticorrupción es lo que para los peones del Lucifer es el agua bendita.

Oscar Zurita, Presidente del inexiste Comité Cívico de Cochabamba, también padece el mismo mal crónico de la paranoia. Zurita sabe que la nacionalización de ELFEC es inevitable. Como inevitable es que pierda el 18% de las acciones que le "corresponde" en esta empresa de luz.

¿Qué espera el gobierno para actuar?

La democracia de las minorías privilegiadas ha colapsado con la emergencia de las mayorías excluidas. El banquete democrático de los ricos se tambalea ante el compromiso militante de los hambrientos que sueñan con saciar su hambre. La paz de los ricos está amenazada por el hambre de pan de los empobrecidos. La democracia del capital de la blanquitud está asediada por el surgimiento del legítimo pluralismo cultural y étnico que irrumpe en el país. La tiranía "democrática" de las hordas salvajes urbanas (de los comités cívicos) ha sido desenmascarada por la mística no violenta activa y perseverante de los movimientos sociales e indígenas. La democracia de los privilegiados se derrumba como un castillo de naipes llevándose consigo a sus promotores y beneficiarios a la vorágine de la desesperación existencial.

Antes, exigían autonomías para frenar el proceso de la Asamblea Constituyente, se les dio una sobredosis de autonomías. Exigieron 2/3 y se les concedió. En enero pasado, incendiaron Cochabamba con la confrontación fratricida que cobró cuatro vidas humanas (cuyas almas les esperan en el mas allá) y se vanaglorian de su impunidad. Utilizan como carnes de cañón y tontos útiles a un sector de los sucrences para delinquir, y no hay Estado que les siente la mano. Patean, golpean, roban y matan a los empobrecidos y no hay autoridad estatal por ningún lado. Exigen diálogo y, cuando se les convoca, no asisten. ¿Será que sus ojos no resisten ante la luz de la verdad?

¿Qué espera el gobierno central para ejercer el monopolio de la fuerza que la Ley le confiere? ¿Estará esperando a que dividan el país en dos, como claramente lo proclamó el Alcalde de Santa Cruz, para recién actuar con mano dura? ¿O es que la mentirosa dictadura mediática, en "defensa de la democracia" corrupta, también surtió efecto en el gobierno central?