jueves, 30 de agosto de 2007

Un paro destrozado por los humildes


El paro cívico de este martes fue la máxima expresión de la debilidad y orfandad en la que están quedando los poderosos de Bolivia y el mismo paro mostró la fortaleza, valentía y dignidad con la cual se alzan campesinos, vecinos, gremiales y clases medias en la ciudad y el campo.

Con una descomunal danza de millones en organización, publicidad, desplazamiento de gente, alimentación y sobornos, los cívicos apenas lograron la adhesión de reducidos sectores sociales de clase media alta y alta en los seis departamentos.

Para lograr su objetivo utilizaron palos, patadas, piedras, ladrillos, miguelitos, insultos, amenazas y el terror. O sea hicieron de todo para lograr muy poco Un esfuerzo penoso, que en el lenguaje empresarial hablaría muy mal de la relación costo beneficio.

La pregunta es ¿Porqué el fracasó de la media Luna? Porque los paros históricamente nacieron como conquista de los trabajadores, de los proletarios, de los sectores subalternos y de los sectores más vulnerables y oprimidos de la sociedad contra el poder de los patrones y los poderosos. El paro es por antonomasia una medida de protesta extrema de los que no tienen otra forma de manifestarse y cuando un paro es utilizado por los poderosos, sólo puede funcionar parcialmente si de por medio se utiliza la violencia, en sus formas de intimidación amenaza o agresión física.

El paro de este martes fue muy parcial porque las masas de vecinos, gremiales y trabajadores de Santa Cruz se sacaron el miedo de encima y salieron a las calles a combatir a ese esperpento social llamado Unión Juvenil Cruceñista.

Lo ocurrido en Santa Cruz con la rebelión de los oprimidos en el mercado Abasto, en el Plan 3000 y en varias villas de esa capital, es un acto emancipatorio cargado de valor épico.

Los cruceños perdieron el miedo y levantaron su voz, cansados de tanto abuso y humillación. Lo que pasa es que la opresión funciona mientras el opresor habita en la mente y la conciencia del oprimido, mientras el oprimido -presa del miedo- aloja a su enemigo opresor.

Pero en Santa Cruz los abusos y las humillaciones marcaron ayer un punto de quiebre y la gente expulsó a sus opresores y salió por los fueros de su dignidad.

Desde ayer Santa Cruz vive un nuevo episodio de su historia. En definitiva afloró la Santa Cruz que hará cambiar la correlación de fuerzas para enfrentar las nuevas batallas del proceso revolucionario, de la lucha que se supone larga y esforzada. Ahora se reventaron cadenas y ni Santa Cruz ni Bolivia serán iguales.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Bolivia: el racismo político en cuestión

Bolivia esta viviendo un tiempo de transición política donde las máscaras verbales usadas prolíficamente por la tele, la radio y la prensa encubren la realidad y, como diría Galeano, mienten por lo que dicen y mienten mas por lo que callan.
Vivimos en un país donde la realidad es una y lo que dicen los medios es otra, el racismo mediático es pariente cercano del racismo político, se construye así, un país donde las paradojas tienen la perversidad de mostrarnos el mundo al revés.

En este contexto, demócrata por nacimiento es aquel de piel blanca; Dictador por nacimiento es el que tiene la piel morena, y así:

Democracia es cuando manda la minoría política; Dictadura es la que manda con mayoría social.
Democracia es la del mercado salvaje donde solo se salvan los que pueden y los que tienen con que; dictadura es la búsqueda de una sociedad de iguales.
Democracia es golpear impunemente al indio, mestizo o intelectual progresista; dictadura es cuando el indio, o el mestizo o el intelectual progresista no se dejan.
Democracia es el fracaso de mecanismos deliberativos para la solución de crisis históricas; Dictadura es el éxito de estos mecanismos.
Democracia es el entreguismo infame de la nación a las transnacionales; Dictadura es la recuperación de esos recursos para la nación.

Democracia es ser cómplice de las transnacionales; Dictadura es no serlo
Democracia es ser cómplice de jueces corruptos; Dictadura es justicia para todos.
Democracia es proteger privilegios de poderosos; Dictadura es no hacerlo.
Democracia es ser dueño privilegiado del Estado; Dictadura es que el Estado sea de la nación toda.

Democracia es mentir diciendo; Dictadura es decir la verdad.
Democracia es el racismo exacerbado de blanco; Dictadura es la diversidad de colores.
Democracia es la justificación mediática de la violencia racial; Dictadura es preservar la Paz Social.

lunes, 20 de agosto de 2007

La Nación dividida

Fue impresionante. Ese era el comentario generalizado. Se referían a la parada de pueblos originarios y soldados, de ponchos y uniformes, de flechas y fusiles, que se realizó este 7 de agosto en Santa Cruz. Toda la parafernalia agitada por los promotores de la catástrofe y el divisionismo, que reflejaron con deleite los medios interesados, se transformó en aplausos y elogios.

¿Qué ha sucedido?, ¿puede, la marcialidad y la disciplina, disolver las incertidumbres y transformar los odios? No. No puede ser tan simple. Hay algo que a veces, muchas veces, escapa hasta a los ojos más experimentados. Lo digo por el comentario escrito por un compañero que, casi con timidez, se atrevía a decir: “esperemos que la calma, la serenidad se imponga”. Lo cierto es que no se trataba de buenos deseos.


La orquesta descontrolada

Desde hace ya dos años, cuando la derecha se rearmó para enfrentar el avance de las fuerzas populares, fue evidente que no tenía un programa que la sustentara. Todo se reducía a pronosticar el desastre. Lo hizo permanentemente desde entonces. Su campaña electoral, con menos tino que nunca, se redujo a un esquema repetido: con Evo Morales, el país quedará dividido, aislado, huérfano y nos quitarán nuestras tierras. La aplastante victoria del pueblo, que duplicó su esmirriada votación, los dejó en silencio durante varias semanas.

Poco después volvieron al ataque con la misma copla: el país va a dividirse, porque cambiarán la bandera tricolor por la wiphala y, además, van a quitarnos las tierras que compramos.

Aquello tampoco resultó, pues les fue peor en las elecciones para la asamblea constituyente. Instalada ésta y como, ni todos reunidos le cambiaron tonada al mismo verso: dos tercios es democracia, para que no nos quiten la tierra. Y allá fueron los dos tercios, de los que inmediatamente se desentendieron.

De modo que, cuando se advirtió que iba a producirse un aumento de precios, gritaron de nuevo: ¡se viene la inflación!, ¡se viene la inflación!, ¡y quieren llevarse nuestras tierras!

Pero los espantos duran poco cuando se hacen con pompas de jabón. No tuvieron mejor idea que agitar la infantil idea de la invasión (sí, sí; así como suena) poco antes de la hace tiempo anunciada parada cívico-militar. ¡Vienen los ponchos rojos!, ¡no aceptaremos tamaña ofensa!, ¡hay que prepararse para repeler la agresión!, ¡y no se atrevan a tocar nuestras tierras!


Mucho ruido hace el ratón

El extraordinario espectáculo de los representantes de los pueblos originarios, marchando junto a los oficiales, cadetes y soldados de las fuerzas armadas, no dejó espacio a ninguna especulación. El pueblo cruceño se desbordó para asistir a ese desfile calificado como espectacular.

¿Qué pretexto usarán mañana para gritar otra vez: ¡el país se divide!, ¡quieren llevarse nuestra tierra!? Vaya uno a saber. De lo que podemos estar seguros, es que no será más que otra pompa de jabón.

Bolivia sí quiere autonomías

En los últimos cinco años, en Bolivia se han sucedido manifestaciones sociales de diversa índole y con diferente efecto acerca de la forma de administrar nuestros recursos económicos y naturales, además de servicios públicos estratégicos. Estas expresiones tuvieron como lema a las autonomías por un lado y a la autodeterminación de los pueblos por el otro.

Algunas de estas manifestaciones fueron primero pacíficas por lo que se firmaban convenios y más convenios, entre el gobierno y las dirigencias sociales, hasta que la gente se cansaba y comenzaba a marchar miles de kilómetros y cruzar la cordillera de los Andes, a bloquear carreteras o calles, o reunía multitudinarias manifestaciones como ocurrió en Santa Cruz en más de una oportunidad.

Esos pequeños grupos, en oriente, otrora, administraron los poderes públicos sin transparencia y casi manipularon a la sociedad por medio de discursos bien construidos con fuerte respaldo de los medios de comunicación de la empresa privada, tradicionales y decadentes, que juegan con la semántica, las estadísticas y le mienten al soberano.

Hoy es tiempo de sentarse a discutir. Y existe una primera coincidencia. Bolivia avanza hacia las autonomías. Unos las quieren centralizadas en las capitales de Departamento; otros buscan de manera legal auto-administrar sus recursos desde los pueblos indígenas y desde las regiones.

Por ello, a partir de las propuestas sobre autonomías, que discute la Asamblea Constituyente en Sucre, se abre el escenario donde los mas postergados de la historia, ahora sean escuchados. Este ya es el primer gran acuerdo, que si el lado de la oligarquía cruceña no lo acepta, el gigante dormido iniciará la gran y verdadera movilización nacional. El debate esta abierto en la Asamblea Constituyente, el pueblo velará porque la masa mayoritaria esta ya en vigía por hacer respetar su propia dignidad.