En los últimos cinco años, en Bolivia se han sucedido manifestaciones sociales de diversa índole y con diferente efecto acerca de la forma de administrar nuestros recursos económicos y naturales, además de servicios públicos estratégicos. Estas expresiones tuvieron como lema a las autonomías por un lado y a la autodeterminación de los pueblos por el otro.
Algunas de estas manifestaciones fueron primero pacíficas por lo que se firmaban convenios y más convenios, entre el gobierno y las dirigencias sociales, hasta que la gente se cansaba y comenzaba a marchar miles de kilómetros y cruzar la cordillera de los Andes, a bloquear carreteras o calles, o reunía multitudinarias manifestaciones como ocurrió en Santa Cruz en más de una oportunidad.
Esos pequeños grupos, en oriente, otrora, administraron los poderes públicos sin transparencia y casi manipularon a la sociedad por medio de discursos bien construidos con fuerte respaldo de los medios de comunicación de la empresa privada, tradicionales y decadentes, que juegan con la semántica, las estadísticas y le mienten al soberano.
Hoy es tiempo de sentarse a discutir. Y existe una primera coincidencia. Bolivia avanza hacia las autonomías. Unos las quieren centralizadas en las capitales de Departamento; otros buscan de manera legal auto-administrar sus recursos desde los pueblos indígenas y desde las regiones.
Por ello, a partir de las propuestas sobre autonomías, que discute la Asamblea Constituyente en Sucre, se abre el escenario donde los mas postergados de la historia, ahora sean escuchados. Este ya es el primer gran acuerdo, que si el lado de la oligarquía cruceña no lo acepta, el gigante dormido iniciará la gran y verdadera movilización nacional. El debate esta abierto en la Asamblea Constituyente, el pueblo velará porque la masa mayoritaria esta ya en vigía por hacer respetar su propia dignidad.
lunes, 20 de agosto de 2007
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