“Por justicia nos corresponde. La guerra no da derechos. Porque si fuera así, los bolivianos no tendríamos derecho para exigir a los chilenos que nos devuelvan el mar” reprendía una patriota diputada chuquisaqueña de PODEMOS a sus colegas paceños. ¿Ud. cree que el debate es sobre la demanda histórica de nuestra salida al mar? No. Las élites chuquisaqueñas, envalentonadas con el apoyo firmado de las prefecturas de la media luna, con sus respectivos comités cívicos, reclaman a sus similares paceños la devolución de la sede de gobierno, que actualmente se encuentra en la ciudad de La Paz. ¿Recuerda Ud. cómo Bolivia tiene una ciudad (Sucre) como su capital y otra (La Paz) como sede de su gobierno central?
Cuando en 1825 se “fundó” la República de Bolivia sobre la jurisdicción territorial de la Audiencia de Charcas, el poder económico, político, social y cultural quedó en manos de la élite chuquisaqueña. Se les llamaba la élite de la plata, porque eran los dueños de los yacimientos de plata más importantes del país.
En el Siglo XIX, surgió en el país la élite estañífera concentrada en la pujante ciudad de La Paz. Entonces La Paz ya era la ciudad más importante del país, y frecuentemente sede de los gobiernos nacionales (Comenzando por Andrés de Santa Cruz). Con el buen precio del estaño en el mercado mundial, la élite estañífera (paceña - liberal) comenzó a amenazar a la élite de la plata (sucrense - conservadora) en la administración política y económica del país.
Este pleito de élites se convirtió en 1899 en la triste historia de la Guerra Federal boliviana. La “causa” de esta guerra fratricida entre bolivianos fue que el 31 de octubre de 1898 el Congreso Nacional reunido en Sucre sancionó la Ley de Radicatoria que exigía al Presidente su permanencia permanente en la capital de la República. Esto para contrarrestar las aspiraciones de la élite paceña. Y estos últimos, no contentos con dicha decisión, y con el argumento de luchar contra el pernicioso centralismo sucrense, conformaron en la ciudad de La Paz la junta federal presidida por el liberal José Manuel Pando. La consigna fue: “Federalicemos Bolivia”. Para tal objetivo Pando se alió con Pablo Zárate Willka, líder de los aymaras, con la oferta de liberar a los indígenas del pongueaje (servidumbre) y de las cargas impositivas.
Dos batallas después (primer y segundo crucero), y con miles de muertos de por medio, los liberales se impusieron sobre los conservadores en la Guerra Federal. Luego, los vencedores se hicieron de la presidencia de la República, presidida por José Manuel Pando, se llevaron de facto la sede de gobierno nacional a la ciudad de La Paz, archivaron la demanda del federalismo y mataron a Willka y a sus seguidores. Desde entonces, la sede de los órganos Legislativo y Ejecutivo se encuentra en la ciudad de La paz y el Órgano Judicial se mantiene en Sucre.
A casi un siglo de la Guerra Federal, emergió en el país otra élite concentrada en la ciudad de Santa Cruz. La élite agropecuaria e hidrocarburífera denominada como el “Comando Camba”. Opera mediante los partidos políticos tradicionales, las prefecturas y sus comités cívicos. Esta élite cree que ahora, le toca definir la suerte del país, bajo el slogan: “El sol sale del Oriente del país”. Por eso está, no sólo apoyando, sino promoviendo el ajuste de cuentas entre paceños y sucrenses. Quiere llevarse la sede del corazón político del país hacia un territorio de su influencia como es Sucre. Los “cambas” saben que ahora sería impertinente plantear que la ciudad de Santa Cruz sea la sede del gobierno nacional, porque entonces develaría los intereses “ocultos” de la demanda de las autonomías departamentales. He allí la razón del por qué Sucre y no Santa Cruz.
El problema no es que las oligarquías se confronten entre ellas, sino que desangren al país y que seamos siempre nosotros quienes pongamos nuestros muertos y heridos. Después de todo, la lucha de intereses de las oligarquías no la podemos evitar. ¿Cuál fue uno de los trasfondos de las últimas confrontaciones luctuosas en Cochabamba? ¿Acaso no fue un intento de anexión del Departamento de Cochabamba por el “Comando Camba”?. Pero el Capitán (Manfred Reyes) de los “demócratas” y “unionistas” salió trasquilado. Se acordará Ud.: Una vez que esta nueva oligarquía logre su objetivo político e ideológico, se olvidará de las autonomías, del desarrollo regional y de la unidad del país.
Por ello, hoy más que nunca, debemos revisar nuestra historia y difundir información para que no seamos “tontos útiles” en este falso debate nacional de las oligarquías.
Si creemos que es necesario debatir el asunto de la sede del gobierno nacional, lo tendrá que hacer la Asamblea Constituyente. Si se nos convoca para que lo definamos con nuestro voto, lo haremos, pero en su debido momento y con una información previa adecuada.
martes, 18 de septiembre de 2007
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1 comentario:
Estimado he leido tu blog y si me permites quisiera añadirlo a uno que estoy creando, para realizar recopilacion de articulos y datos alternativos
Atte
Fernando Salinas
http://www.tarijalibre.tarijaindustrial.com
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